Magnificat de María Moreno destaca en la Bienal de Madrid

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La danza y la música flamenca han encontrado en la obra de María Moreno un nuevo horizonte. Con su Magnificat, la creadora gaditana ha logrado transformar uno de los episodios más sagrados de la tradición cristiana en una vibrante fiesta que emana alegría y autenticidad. Este espectáculo, presentado en el Centro de Danza Matadero de Madrid, ha atraído a un público diverso, destacando la notable presencia de jóvenes, un fenómeno que ha sido recurrente en múltiples actuaciones de esta primera Bienal de Flamenco de Madrid.

En Magnificat, María Moreno ofrece una visión renovada y profunda del encuentro bíblico entre la Virgen María e Isabel, un momento que, más allá de la representación religiosa, celebra la conexión entre dos mujeres que comparten la experiencia de la maternidad. Moreno, a través del flamenco, explora este episodio con un enfoque que combina lo sagrado y lo profano, creando un espacio donde la tradición se encuentra con la modernidad.

Un viaje creativo hacia la celebración flamenca

La historia detrás de Magnificat es tan fascinante como la obra misma. Originalmente, Moreno había planeado un proyecto que la llevaría a la Real Academia de España en Roma, enfocándose en la música sacra. Sin embargo, tras un año y medio de desarrollo, la bailaora decidió cambiar de rumbo, dando vida a un espectáculo que se siente como una celebración flamenca en su forma más pura.

Con un vestuario que simboliza su identidad, María Moreno se presenta en escena con una bata de cola rosa, que más tarde cambia por una falda amplia. Esta elección no es meramente estética; es una declaración de su esencia artística. Sus medias y tacones rojos complementan su atuendo, reflejando una energía vibrante que inunda el escenario desde el primer compás.

La fuerza del flamenco en la interpretación

La interpretación de Moreno es un despliegue de virtuosismo y emoción. Desde el momento en que pisa el escenario, establece un diálogo con sus músicos, creando una atmósfera de complicidad y energía. Entre ellos, el sonido de la guitarra de Raúl Cantizano, el cante de Miguel Levi y la percusión y palmas de Roberto Jaén se entrelazan, formando un conjunto que potencia la experiencia del espectador.

La energía en Magnificat es incesante. Moreno ha diseñado la obra de tal manera que no hay momentos de descanso, lo que contribuye a una experiencia envolvente. Según sus propias palabras, la intención es construir “una sucesión de paisajes siempre desde la alegría y el disfrute”, reflejando su estado emocional actual.

La complicidad de Rosa Romero como Isabel

Una de las sorpresas del espectáculo es la irrupción de Rosa Romero, quien interpreta a Isabel. Vestida de negro con detalles verdes, su presencia en el escenario no solo complementa a Moreno, sino que también transforma la dinámica del espectáculo. La conexión entre ambas actrices es palpable: se buscan con la mirada y establecen un diálogo que trasciende lo verbal, expresando la alegría de la celebración.

  • Romero aporta una perspectiva fresca a la obra, integrándose en la dramaturgia y dirección.
  • Su interacción con el público añade un elemento de diversión y complicidad.
  • El paso a dos que realizan es un homenaje a la amistad y la sororidad entre mujeres.

A través de esta colaboración, Moreno introduce un nuevo elemento al espectáculo: la inclusión de una intérprete no musical, lo que marca un hito en su carrera y en la propuesta escénica del flamenco contemporáneo.

Innovación musical y escenografía significativa

La escenografía de Magnificat es una mezcla de tradición y modernidad. Con sillas típicas de una fiesta andaluza, banderines y flores, se crea un ambiente festivo. Sin embargo, un elemento contemporáneo destaca en la puesta en escena: una pantalla digital que refuerza los mensajes de las letras y los jaleos, añadiendo un toque visual dinámico.

El recorrido musical es diverso y magistral. Cada palo flamenco está elegido no solo por su sonoridad, sino también por su capacidad expresiva. Desde el tambor rociero que marca el inicio hasta el villancico A las puertas de un rico avariento, cada pieza se adapta a las emociones que María desea transmitir. Entre estos, la seguiriya con castañuelas destaca como un momento de introspección en medio de la celebración.

Un mensaje de celebración y libertad

Magnificat no es solo un espectáculo de danza; es una fiesta que celebra la vida, la amistad y la libertad dentro del contexto flamenco. La obra refleja la evolución de María Moreno como artista, quien ha encontrado su voz en un escenario que combina tradición y renovación. La recepción del público, que se puso en pie para aplaudir al final, es testimonio del impacto de esta obra en la primera Bienal de Flamenco de Madrid.

Con una propuesta que no teme experimentar y mezclar registros, María Moreno se consolida como una figura clave en la nueva ola del flamenco. Su capacidad para conectar con el público y celebrar la esencia de la vida a través de la danza es un recordatorio de por qué el flamenco sigue siendo un arte vivo y en constante evolución.

Ficha artística

Magnificat, Compañía María Moreno
I Bienal Flamenco Madrid
Centro de Danza Matadero, Madrid
4 de junio de 2025

Baile: María Moreno
Intérprete y performance: Rosa Romero
Guitarra: Raúl Cantizano
Cante: Miguel Lavi
Percusión y palmas: Roberto Jaen

La obra de María Moreno se posiciona como un faro en el universo flamenco, combinando alegría, técnica y un profundo respeto por la tradición. A través de Magnificat, se invita a la audiencia a reflexionar sobre la vida, la mujer y la música, en un acto que trasciende lo meramente artístico para convertirse en un auténtico manifiesto de celebración.